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DÍA DE LAS MADRES, RECONOCER TODAS LAS FORMAS DE MATERNIDAD Y REPENSARLA COMO UN DERECHO

El 10 de mayo de cada año, tradicionalmente denominado “Día de las Madres”, debe ser una oportunidad para reflexionar sobre la maternidad, para que sea una decisión de cada mujer y no una imposición cultural.

La maternidad no es una, pero sí única, pues se vive de manera personal en cada mujer y no solo es una cuestión biológica, también social, que implica labores de cuidado en diversas etapas de la vida y, para ello, no es necesario ser madre biológica.

La maternidad sigue siendo concebida como una tarea primordialmente de cuidado y la mayoría de las mujeres hemos realizado estas labores a lo largo de nuestras vidas y, a su vez, gran parte de la población se ha beneficiado de estos cuidados.

Las tareas de cuidado que las mujeres hacemos son muy importantes, porque permiten la realización de proyectos de vida de otros, pero debe posibilitar también el desarrollo personal de cada una, por medio de la suma de esfuerzos entre hombres, mujeres, sociedad y Gobierno de manera equitativa para que no tengamos que decidir entre la maternidad – elegida o no- y nuestros anhelos y metas.

La maternidad no debe implicar tareas excesivas ni modelos únicos impuestos que nos castiguen por decidir cómo vivirla. La maternidad es un derecho y, como tal, no debe ser una imposición.

El sistema económico, cultural, social y comunitario deben tener espacio para todas las formas de maternidad, para quienes procrean, para quienes educan, quienes cuidan, sean madres, abuelas, hermanas, tías o vecinas.

Reconozcamos el invaluable papel de la maternidad en la sociedad, sus diferentes formas de expresarse y vivirse y repensemos un modelo de cuidado que permita maternidades menos agotadoras y sí más libres y plenas.




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