Ante su inminente derrota en los próximos comicios tanto en la Ciudad de México como en el país, el Partido Acción Nacional se desmorona y evidencia su descomposición interna, así como un nulo proyecto de gobierno de cara a la ciudadanía.
Por un lado, el candidato de la derecha panista en la capital no asume su responsabilidad cuando hay denuncias directas de víctimas que lo acusan de haber proferido amenazas de muerte en su contra y, ante la investigación de estos hechos por parte de la Fiscalía, se victimiza, evade su responsabilidad respecto a sus conductas delincuenciales y refiere de nueva cuenta persecución política, situación que nadie le cree, pues ha sido señalado públicamente por personas concretas con nombre y apellidos.
Por otra parte, las y los diputados del PAN en el Congreso de la Ciudad de México se ausentan reiteradamente para cumplir su responsabilidad como representantes populares y, de manera irresponsable, impiden que haya quórum, lo que redunda en el buen desarrollo de los trabajos legislativos.
Aunado a lo anterior, la Presidenta de la Mesa Directiva del legislativo local viola sistemáticamente la normatividad interna del Congreso. Con su falta de oficio y mala fe, auspicia debates fuera de la sesión para favorecer en el uso de la voz a legisladores de su bancada. Han montado espectáculos bochornosos con el único objetivo de confrontar con insultos al grupo mayoritario.
El Partido Acción Nacional está sufriendo desbandada, pues sus cuadros los abandonan denunciando prácticas excluyentes e impositivas con el fin de beneficiar, en la designación de candidaturas, únicamente a los integrantes del cártel inmobiliario.
La dirigencia panista, por su parte, exhibe una voracidad ilimitada para apropiarse de los cargos, pues concibe el ejercicio del servicio público como la oportunidad idónea para enriquecerse al margen de la ley, mediante prácticas corruptas como todas sus conductas que son de dominio público.
Por todo esto, el PAN no representa una opción para el electorado, carece de proyecto, programa y perfiles y exhibe, una y otra vez, su vocación corrupta y delincuencial y su desmedida ambición del poder por el poder, dando la espalda a las demandas y anhelos de las y los ciudadanos.