Esta no es la primera vez que la presidenta se ha alejado de una conducción imparcial e institucional y de acuerdo a las obligaciones y deberes que la normatividad le impone.
Por lo menos en otra ocasión, fue omisa en su responsabilidad de resguardar la integridad de las y los legisladores y, como consecuencia, uno de nuestros diputados fue agredido por personas en la escalinata del recinto de Donceles.
El papel de quien preside la Mesa Directiva es garantizar el buen desarrollo de los trabajos legislativos y velar por la integridad del Congreso y sus integrantes.
La diputada Salido no se ha conducido dentro de este marco que debe cumplir. Por tal razón, nosotros estaremos analizando la posibilidad de presentar una moción ante el Pleno para su remoción como presidenta. La ley nos asiste y esta figura está prevista en el artículo 28 de nuestra Ley Orgánica.
Estaremos revisando esta situación, pues de ninguna manera aceptaremos una presidencia sesgada, facciosa, que antepone sus intereses partidistas sobre su deber constitucional y legal de representación y conducción institucional del Poder Legislativo de la Ciudad de México.